La campaña de La Libertad Avanza en la Ciudad de Buenos Aires, de cara a las elecciones legislativas del 18 de mayo, arrancó cuando el vocero presidencial y candidato libertario, Manuel Adorni, posó frente a la sede del Ejecutivo porteño con una motosierra, emblema del oficialismo nacional. Entonces comenzaron los dardos cruzados. El expresidente Mauricio Macri expresó que los libertarios, en particular Karina Milei, deberían decir “gracias al PRO por tanta generosidad”. A pesar de que el partido amarillo funcionó como principal socio del Gobierno en el plano legislativo, La Libertad Avanza parece haber elegido al espacio de los Macri como el principal rival en la CABA.
En ese marco, el objetivo de los libertarios parece ser infligir tanto daño al PRO como sea posible. La contienda se da en el territorio predilecto del partido amarillo, donde Mauricio Macri, Horacio Rodríguez Larreta y Jorge Macri gobernaron por 17 años. Y La Libertad Avanza dejó en claro, al colocar a Adorni en el frente de la lista, que competirá con las garras afiladas.
¿Y en la Provincia?
Pero lo cierto es que el escenario electoral todavía no está definido en todo el país. Además del nivel nacional, hay acuerdos aún inconclusos en territorios clave como la provincia de Buenos Aires, donde algunos funcionarios son muy cercanos a la ideología libertaria. Tal los casos de Cristian Ritondo y Diego Santilli. A partir de ello es que surgen varias interrogantes:
¿Hay espacio para recomponer las relaciones entre el PRO y LLA y formar un acuerdo en Provincia? ¿Por qué LLA busca infligir tanto daño al PRO? ¿Por qué el oficialismo elige correr el riesgo de competir con sello propio?
El economista y politólogo Pablo Castro aventuró una explicación para la estrategia del oficialismo. “Lo que le sirve al Gobierno es tener la mayor cantidad de legisladores afines en el Congreso. Si pensamos que existen votantes que solo votarían a LLA si no se presenta acompañado del PRO, y votantes que solo votarían al PRO si no se presenta acompañado de LLA, entonces la suma de las dos listas es potencialmente mayor de lo que podría obtener una lista combinada”, planteó.
Por el contrario, Lucas Romero, analista político, sostuvo que el cálculo que hace el oficialismo es que “lograron una suerte de fusión de la base de votantes que unía el PRO y LLA y ahora no necesitan un acuerdo político partidario para retener buena parte de esa base”.
Los libertarios consideran que eso es suficiente para “imponerse al PRO, someterlo, reemplazarlo y quedarse con buena parte de su base electoral”, por lo que no quieren “pagar el costo de una alianza que desdibuja los aspectos identitarios del espacio propio”.
Para el politólogo Andrés Malamud, “LLA busca construir el futuro rediseñando el sistema de partidos”.
En esa misma línea, el director de la carrera de Ciencia Política en la Universidad Di Tella, Juan Negri, dio su mirada: “Javier Milei quiere ser el jefe total y absoluto de la derecha; su prioridad es la disputa de ese territorio para poner las reglas dentro del espacio”. Por eso, su objetivo es “la jubilación de Macri”.
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